FESTES DE CARRER, NUESTRO PATRIMONIO

Restauramos palacios, recuperamos iglesias, ponemos bonitas las fachadas de nuestras casas. En suma, rehabilitamos nuestro pasado, nuestro patrimonio cultural, mejorándolo y trasmitiéndolo a las nuevas generaciones en perfecto estado.

Nuestras fiestas forman parte de ese patrimonio. No podemos palparlas, no son algo tangible, pero son un patrimonio de sentimientos, de cultura, de creencias, de olores, de valencianía, de historia. Son un patrimonio visual y estético que nos trasmitieron nuestros padres.

Por ello, todos hemos de colaborar como si de la rehabilitación de un edificio se tratase. Colaborar no es solo evitar que estas entrañables “festes de carrer” desaparezcan, también es recuperar aspectos perdidos, mejorando otros y en suma echándole ganas e ilusión.

No podemos conformarnos con mantener viva la tradición si cada año perdemos un pequeño detalle de la fiesta: esa traca que ya no se dispara, esas banderas que ya no adornan, esas campanas que no suenan, esa mantilla que ya no luce... Al cabo de unos años no quedará nada, todo se habrá ido lenta pero silenciosamente.

Por ello hemos de poner en valor nuestro patrimonio festivo, sentirnos orgullosos de lo que hay, de lo que somos y de lo que fuimos.

Muchas veces no nos acercamos a disfrutar de tal o cual fiesta y pensamos: “El año que viene será igual y tal vez tenga algo de tiempo”. Pero... ¿y si el año que viene ese Santo, esa Virgen o ese Cristo ya no salen a la calle?.

Entonces nos lamentaremos; ¡Que todo se pierde!... ¡que lastima!... ¿Hacemos algo para que esto no suceda?.

Nuestra simple presencia es ya motivo de alegría para los clavarios. Por sencilla que sea la fiesta, son muchas las horas de esfuerzo que se ven recompensadas, pues el clavario trabaja para ofrecer a otros fiesta, para que todo un barrio disfrute y se una entorno a estas centenarias tradiciones.

Podemos apoyar apuntandonos a las distintas asociaciones que organizan los festejos, ofreciendo colaboración económica pero sobre todo nuestro tiempo e ilusión que seguro hace más falta que el dinero.

El Cristo de la Fe, Sant Antoni del porquet, el Beato Gaspar Bono, la Virgen de los Desamparados de Quart, del Socorro, de Patraix, de Nazaret o de la Olivereta. El Consuelo, el Carmen o el Refugio. San Cristóbal, San Vicent del Mercat, de la Pila o del Tossal. La Rosquilleta o Sant Bult.

Rehabilitemos nuestras entrañables “Festes de Carrer”, cuidemos sus detalles y su esencia, compartamos, ofrezcamos, participemos... Pero sobre todo sintámonos orgullosos de ese patrimonio que nos han legado nuestros antepasados y que Dios quiera algún día podamos legar a los que nos siguen.

ijp- articulo publicado en el programa de fiesta de san cristobal 2007